En octubre de 2000, fuimos con Fiona y Blackie a la casa que estábamos construyendo. El terreno tenía una cerca de postes y alambrado de púas.
Los perritos se pusieron inquietos y como todos los perritos, querían investigar cada rincón del terreno. Mi esposo al verlos tan emocionados, decidió quitar la correa de Blackie ! garrafal error ! pues de pronto aparecieron unas gallinas de algún vecino y entraron al terreno. Nada más al verlas Blackie se lanzó a perseguirlas y salio corriendo del terreno detrás de la gallina y detrás de él, mi esposo queriendo alcanzarlo.
En pocos segundos todos desaparecieron de mi vista y después de un corto tiempo, ví a mi esposo, todo sudoroso y empolvado con Blackie en sus manos.
Me platica él, que la gallina entró a una casa ubicada andador abajo de la nuestra y que Blackie entró detrás de ella y ¡sorpresa! - un perro enorme amarrado y ladrando furioso a Blackie. Mi esposo le habló varias veces hasta que obedeció, saliendo.
No es bueno pensar en los "hubiera" pero de pensarlo, quedaron a pocos metros de una céntrica avenida. Si Blackie se hubiera dirigido allá la historia hubiera sido otra.
En poco tiempo por un exceso de confianza, Blackie estuvo expuesto a que lo atacara un enorme perro o a morir atropellado.
Salvo el susto y un raspón de rodillas que sufrió mi esposo en su intento de atraparlo, no pasó a mayores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario. Con gusto te responderé aca mismo, o si deseas de forma privada por favor dejame tu correo electrónico y con gusto lo haré. Pasa un hermoso día.