viernes, 9 de septiembre de 2011

Aprendiendo a ser "abuela" perruna


Mis "nietos" perrunos como comenté en Fiona la futura mamá fueron Milla, Dropy y Poly.

Tan pronto nacieron, retiré las frazadas con sangre de su cajón  y las lavé y desinfecté perfectamente. También, limpié muy bien cualquier vestigio de sangre del cajón. Es importante hacerlo para evitar que las pulgas se apoderen de los cachorros.

Es importante  también mantener muy limpias las frazadas del cajón o si usas papel periódico cambiarlo al menos 3 veces por día, ya que se manchan de orina y excremento de los cachorros, que si bien la mamá limpia pero no en su totalidad.

Al nacer mis "nietos"  en pleno verano, época bastante calurosa en la región que radicamos, se ponían muy llorones. Con sus ojitos cerrados, trataban de buscar un sitio fresco para descansar. Contrariamente a lo que hacen la mayoría de los cachorros, ellos no dormían juntos, siempre estaban separados, solo se unían para amamantarse de su mamá Fiona.

Milla  ( por Milla Jovovich ) de pelo rojizo, lucero blanco en su frente, fue la primera en escapar del cajón. La devolvía ante el temor de que estar en el piso le hiciera daño, pero ella era muy persistente y tan pronto podía se volvía a escapar.

Dropy ( En honor al dibujo animado Droopy)  era un perrito blanco con "ojeras", bien delgadito. Fue el siguiente en secundar a su hermana Milla en los escapes.

Poly ( si, como la dulce Poly de Super Can) de color Beige y tambien con un lucero blanco en la frente,  fue la más atrasada de los tres hermanos, en broma la llamábamos la perrita inútil, era la hermana gordita y mejor lloraba para pedir auxilio que esforzarse en hacer las cosas como sus hermanitos.


Pronto descubrí una forma de aliviarlos un poco del calor, poniendo un pequeño ventilador dirigido a su cajón y era la forma de que durmieran un poco.

A veces se ponían muy intranquilos y llorones y Fiona se desesperaba de no poder tranquilizarlos así que acunandolos en mis manos se tranquilizaban. Después llegué a la conclusión de que como yo tocaba mucho el vientre de Fionita, ellos podían reconocerme, al menos eso creo hasta ahora.


También opté por poner música a bajo volumen para dormirlos, pues eso hacía con Fiona cuando le daba sus masajes, poner música y masajear su vientre, al parecer los cachorritos también percibían los mimos que daba a su mamá y la música los relajaba, hasta la fecha acostumbro a ponerles música y ellos ronque y ronque.

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