Ayer fue un día muy triste, Dios te llevó consigo. Mi viejita preciosa, estos últimos días fueron muy difíciles para ti. A pesar de los esfuerzos para que tu salud mejorara no rindieron fruto. Hace 10 días se vino lo más difícil, un menos de dos horas tuvimos 3 visitas al veterinario, lograron estabilizarte, y cuidándote muchísimo fuiste mejorando de la neumonía. Día y noche estuvimos juntas y yo me sentía aliviada de ver que aunque estabas muy delicada tu apetito nunca menguó. Salías a jugar con los demás perritos aunque tu recreo consistía en sentarte junto a mi y observar a tu familia perruna.
Es curioso como fuiste rejuveneciendo estos últimos días, te veías mas bella que nunca, era como si el tiempo retrocediera y en lugar de tus casi doce años, tuvieras muchísimos menos. Te observaba y esos hermoso luceros de tus ojos brillaban como nunca llenos de amor.
El jueves por la tarde te comportabas como "antes" cuando llegó el abuelo del trabajo, brincabas para que te abrazara y el distraído no se daba cuenta hasta que se lo hize notar y te levantó e hizo cariñitos. Después durante la comida te parabas pidiendo probaditas, cosa que hice y lo disfrutaste.
Tu tarde fue más tranquila aún. Cuando saliste a comer con la manada, gruñiste a los más pequeños para que no se acercaran a tu plato a tratar de robarte croquetas. Después durante el "recreo" vespertino estuviste sentadita junto a mi y de pronto solo querías que te abrazara.
Al entrar la noche fuiste cambiando y nosotros no lo notábamos, cuando llegó la cena el abuelo te invitó un pedacito de pan, no nos perdonabas una noche sin que te diéramos una "probadita" de lo que estuviéramos comiendo, defendiste como siempre tu bocado, pero simplemente no lo comiste. Te dormiste entre los almohadones y cuando nos acostamos abuelo y yo, comenzaste a estar intranquila.
Te masajee tu pecho con aceite de eucalipto, te notabas agitada y eso te daba alivio, pero esa madrugada no, nunca comprendí que no era un malestar pasajero pues de pronto te pusiste más agitada y te abracé tratando de tranquilizarte y le dije al abuelo que teníamos que llevarte rápido al veterinario, era poco más de la 1.00 am.
Las cosas suceden siempre por algo, no respondían el teléfono de la veterinaria y le dije a tu abuelo que nos fuéramos rápido, que tocaríamos llegando. Pero cuando salíamos comenzaste a orinarte, estabas poniendote peor. Abuelo condujo lo más rápido que pudo, en el camino yo rezaba y rezaba mucho... Padre nuestro que estás en el cielo.. Fionita mamita por favor aguanta... Santificado sea tu nombre... mami, no te duermas... hágase Señor tu voluntad... allí me quebré porque te sentía cada vez más débil... Y entonces le hablé a Dios diciéndole, Padre mio, si es tu voluntad llevátela, no dejes que siga sufriendo, yo te la entrego, pero si no es, por favor, ayudala a recuperarse, la amamos mucho... continué Hágase señor tu voluntad en la tierra como en el cielo y terminé la oración justo al llegar al consultorio. Yo sabía que ya estabas dormida, porque al momento de entregarte a Dios, sentí como tu cuerpo se puso lacio, lacio. Aun así conservaba la esperanza de que pudieran hacer algo por ti y tocábamos el timbre y llamabamos al telefono, después de una espera de mas de 10 min. salió la esposa del veterinario, el estaba fuera de la ciudad, pero ofreció revisarla para ver que se podía hacer... solo confirmó lo que yo ya sabía. Estabas dormida para siempre, ya estabas con Dios y tu hijito Dropy.
Regresamos a casa, abuelo lloraba en silencio y yo también abrazada a ti. Entramos con tu familia perruna, te olisquearon por ultima vez y hacia las 3.00 am salimos al jardín a excavar tu tumba. Yo me senté en una silla abrazándote mientras el abuelo trabajaba en ella. Te hablaba como si solo durmieras y te cantaba la canción con la que te arrullaba cuando estabas chiquita y que cada vez que te cantaba porque tu sabías que era tu canción, lanzabas suspiros llenos de sentimiento... " Muñequita linda, de cabellos de oro, de dientes de perla, labios de rubí, dime si me quieres, como yo te adoro, si de mi te acuerdas como yo de ti... Y a veces escucho un eco divino que unido a la brisa, parece decir, que te quiero mucho, mucho, mucho, mucho siempre hasta morir.".. mi pequeñita, mi voz se entrecortaba por el llanto y el sentimiento, fue doloroso.
El abuelo por fin terminó de excavar y cuidadosamente te envolvimos bien en tu toalla, ibas con tu sudadera nueva, color azul cielo y azul celeste con la que veías muy hermosa. Nos abrazamos el abuelo y yo a ti y te besamos tu frente y el abuelo te coloco en tu tumba. Estuvimos cada uno haciendo oración por un rato y después el comenzó a llenar tu tumba con tierra. Ya eran casi las 5.00, regresamos a la casa y no podíamos conciliar el sueño, por fin casi a las 6.00 am nos quedamos dormidos y a levantarse poco mas de una hora después, el abuelo tenía que ir al trabajo y yo a hacer arreglos para sacarlos como cada mañana a su "recreo" matutino.
Era extraño, tu familia perruna se comportaba como siempre, jugando, peleando... tan pronto se terminó el recreo entré a casa, solo me seguía la pequeña Macarena. Me acosté en el sofá de la sala y me quedé domida poco más de una hora, el cansancio por la trasnochada me hacían mella. Macarenita acostada encima de mi, calladita, tranquila.
Llegó el abuelo a comer y su semblante al igual que el mio era muy triste mi niña, te entrañábamos tanto ya. El abuelo durmió un poco después de comer y antes de regresar a su trabajo. Se fue y la soledad y tristeza se sintieron más en la casa.
Pero no estaba preparada para lo que pasaría cuando salí a darle su comida a tu familia perruna. Tu viudito Blackie, cuando no te vio salir al corralito se metió a buscarte a la casa, lo llamé y se salió y quería nuevamente entrar. Yo saqué los 20 platos de la comida. Entonces me di cuenta que allí entre la pila de platos estaba el tuyo... se me salieron una vez más las lágrimas, me puse mucho más triste.
Fue tan extraño no nombrarte, porque tu mi reinita eras la primera en comer, tu plato era el primero en servirse, pero ayer no... ya no estabas.
El "recreo" vespertino fue mas extraño aún. Nadie jugaba, se sentaron junto a mi y allí estaban, como invadidos por la misma tristeza mía.
Abuelo y yo tratamos de estar lo más tranquilos por la noche. Pero esta mañana después del "recreo" matutino de tu familia perruna, estábamos desayunando y al final mientras tomábamos café comenzamos a platicar de lo que había sucedido. El abuelo y yo rompimos a llorar llenos de sentimiento y más porque terminando iríamos a comprar el material para hacerle la lápida a tu tumba. Estuvimos casi una hora así hasta que nos tranquilizamos.
Fuimos por las cosas a la ferretería y regresamos a hacer tu lápida. Estuvimos hasta casi las 14.00 hrs hasta terminarla. Grabamos en ella Fiona Febrero 2000 a 09 Diciembre 2011. Ahora se está terminando de secar tu lápida.
Después de lo sucedido esta mañana con el abuelo, como que un sentimiento de paz nos invadió. Seguimos tristes aun y creo que lo estaremos mucho más. Tu herencia de amor se encargará de sanar la herida por tu partida y nos esforzaremos por no sentir tanto dolor, sabíamos que no te gustaba vernos mal, porque cuando nos veías tristes te parabas en nuestras piernas, como queriendo hablarnos, tus acciones y tu mirada nos hacían voltear a verte como diciendonos, tranquilos, todo estará bien. Creemos abuelo y yo que tu quieres que hagamos eso, que estemos bien y por ti trataremos de estarlo. Te amamos mi niña, mi viejita preciosa, mi reinita... si la reinita de nuestro hogar... corazón mio... corazón chiquito. Dios te bendiga.... Te aman... Abuela y Abuelo.
Fionita, la reina de nuestro hogar, la reina de nuestros corazones chiquitos. |
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