Para hablar de la historia de Duquesa y Baloo, debo remontarme a los primeros dias de 2006. Recién regresabamos de vacaciones de invierno con mi esposo y en el fraccionamiento donde viví hasta el año 2007. justo el día que regresamos al no tener nada de comida en el refrigerador acudí a comprar algunas cosas a la tienda.
Al salir a el estacionamiento principal donde quedaba la tienda, vi un perro tirado, muy sarnoso, apenas podía levantar la cabeza, se estaba muriendo de hambre y enfermedad, aun en sus momentos de dolor, pase y le hablé y le dije flaquito, con tanta debilidad como tenía movió ligeramente el rabo, era el que más tarde se convertiría en el padre de mi Baloo. Lo llamé Príncipe.
Regresé a la casa y le dije a mi esposo, hay un perro afuera, se ve grande pero esta lastimosamente flaquito y apenas puede mover la cabeza. Tome una bolsa y puse un puñado de alimento, poquito para ver si podía comer y se lo llevé y una charola con agua, fuimos ambos a verlo y le dimos la comida, tan débil como estaba, al oler la comida se enderezó y comenzo a comer despacito el alimento y tomo un poco de agua. Dejamos la charola con el agua en un lugar donde pudiera tomarla.
Al paso de los días Príncipe fue recuperandose, ganaba peso y después de 15 días de alimentarlo, corría por todo el fraccionamiento, obviamente al verlo con sarna la gente no quería que el perro se les acercara y nos toco ver que a veces alguno lo maltrataba, entonces lo llamábamos y venía a nosotros moviendo su colita. Fuimos al veterinario y le compramos un tratamiento, le dejábamos el medicamento con las croquetas y después de 3 meses intensivos, Príncipe era otro perro, hermoso, dorado, lleno de pelo y deslumbrante, con el tiempo se convirtió en un perrazo.
Unos vecinos vieron que el perro cuidaba el estacionamiento, allí no había guardia de seguridad y el perro mantenía a raya a cuanta gente ajena se acercara a los autos, se gano el respeto de las personas y el cariño de los niños ya que era un perro muy sociable. De pronto veíamos bolsitas con croquetas por donde quiera, no faltaba quien le diera alimento y nosotros nos encargábamos de tenerle agua.
Para mitad de año, un día aparece una perrita negra, flaquita y casi pelona, sarnosa también, ella estaba en mejor condición que Príncipe, ella al ver que le dábamos alimento a Príncipe también se nos acercaba. Así que cada mañana eran ya dos bolsitas las que les dejábamos, una a cada uno. Se fue recuperando de su peso, pero era mas complicado curarle la sarna, pues nos dejaba el medicamento; entonces decidimos alimentarla solamente y ver de que manera íbamos a curarla. Era Duquesa.
Pasaron los meses y para fin de 2006 Duquesa entro en celo y quedo preñada, la pobrecita apenas podía con su pancita. Yo la vigilaba desde mi casa para ver cuando se aliviaba de sus perritos. Un día escuche que grito, preñada como estaba un vecino le avento piedras, y me molesto mucho, pero el tipo se metió rápido a su casa.
Regresé a la casa y le dije a mi esposo, hay un perro afuera, se ve grande pero esta lastimosamente flaquito y apenas puede mover la cabeza. Tome una bolsa y puse un puñado de alimento, poquito para ver si podía comer y se lo llevé y una charola con agua, fuimos ambos a verlo y le dimos la comida, tan débil como estaba, al oler la comida se enderezó y comenzo a comer despacito el alimento y tomo un poco de agua. Dejamos la charola con el agua en un lugar donde pudiera tomarla.
Al paso de los días Príncipe fue recuperandose, ganaba peso y después de 15 días de alimentarlo, corría por todo el fraccionamiento, obviamente al verlo con sarna la gente no quería que el perro se les acercara y nos toco ver que a veces alguno lo maltrataba, entonces lo llamábamos y venía a nosotros moviendo su colita. Fuimos al veterinario y le compramos un tratamiento, le dejábamos el medicamento con las croquetas y después de 3 meses intensivos, Príncipe era otro perro, hermoso, dorado, lleno de pelo y deslumbrante, con el tiempo se convirtió en un perrazo.
Unos vecinos vieron que el perro cuidaba el estacionamiento, allí no había guardia de seguridad y el perro mantenía a raya a cuanta gente ajena se acercara a los autos, se gano el respeto de las personas y el cariño de los niños ya que era un perro muy sociable. De pronto veíamos bolsitas con croquetas por donde quiera, no faltaba quien le diera alimento y nosotros nos encargábamos de tenerle agua.
Para mitad de año, un día aparece una perrita negra, flaquita y casi pelona, sarnosa también, ella estaba en mejor condición que Príncipe, ella al ver que le dábamos alimento a Príncipe también se nos acercaba. Así que cada mañana eran ya dos bolsitas las que les dejábamos, una a cada uno. Se fue recuperando de su peso, pero era mas complicado curarle la sarna, pues nos dejaba el medicamento; entonces decidimos alimentarla solamente y ver de que manera íbamos a curarla. Era Duquesa.
Pasaron los meses y para fin de 2006 Duquesa entro en celo y quedo preñada, la pobrecita apenas podía con su pancita. Yo la vigilaba desde mi casa para ver cuando se aliviaba de sus perritos. Un día escuche que grito, preñada como estaba un vecino le avento piedras, y me molesto mucho, pero el tipo se metió rápido a su casa.
La segunda vez que vi que la maltrataba regresabamos de la calle con mi esposo y lo encaré, le dije que si no le daba vergüenza maltratarla, que como era capaz de hacerlo si la perrita no podía defenderse, que era patético lo que hacía. El tipo con fama de grosero no me respondió nada, después supe por mis vecinas que con ellas si llego a confrontarse pero a mi no me respondió nunca.
La noche del 20 de febrero de 2007 dio a luz a 8 perritos, debajo de las ramas de un árbol que aquí le llamamos Pinzán y que habían cortado dejando el ramaje amontonado en el suelo, mil espinas, supongo que lo hizo allí para proteger a los cachorros, todo estuvo bien, la encontramos dos días después y a su nido le llevábamos alimento y agua para que no dejara solo a los perritos. Podía cuidarla desde la ventana de mi habitación.
Por mala suerte a la semana unos niños descubrieron el nido de Duquesa, sacaron a los perritos y yo me salí y les quite a los animalitos. Esa noche ella los cambio de lugar, lloraba mucho una de ellos, la mas pequeña. Al dejarlas a la intemperie, la perrita a quien llamé Clío, enfermó de fiebre, y le quedaron secuelas que mas adelante les detallaré.
Les pusimos unas frazadas, con mi esposo a media noche, para las 4.30 de la mañana, salimos con un carrito de compras, puse unos cartones, una botella con agua, dos bandejas y alimento. Fuimos al nido y los recogimos a todos, a Duquesa la atamos a una cadena y caminamos mas de 3 km hasta la que es ahora nuestra casa. Clío la perrita enferma lloraba horrible en el camino, ya casi para llegar a nuestro destino es que se durmió en mis brazos. Duquesa lloraba desesperada durante el trayecto, quizá pensaba que le haríamos daño.
La casa aun no estaba habitable. Colocamos unos maderos en el porche de entrada, para protegerla y unos costales vacíos a manera de mantas para darles privacidad, los cartones y las frazadas le formaron su nido y colocamos el agua en una bandeja y en la otra el alimento.
Nos regresamos a casa, como a las 10 am fui al veterinario, le dio su tratamiento, lo aplicábamos dos veces al día. Clío estaba tan débil que no se alimentaba así que la crié con biberón. Los demás perritos incluido Baloo estaban en perfecto estado de salud.
Crecieron hermosos a la par que me dedique a hacerme cargo de la terminación de mi casa, ya al ir dos veces cada día a ver a los cachorros, hicimos cuentas con mi esposo y decidimos que podíamos por fin mudarnos.
Dimos en adopción a 6 de ellos, solo me quedé con Duquesa, Clío y Baloo. No deseaba que la historia se repitiera con Duquesa, quería tenerla conmigo y que no anduviera sola y preñada por las calles. Clío fue la única hembra y la más débil, era hermosa. pero las secuelas de su enfermedad estaban presentes, tenia retraso y era ciega. Aun con ello me hice cargo y solo me hacía caso a mí.
Cuando nos mudamos en Junio de 2007 a la casa, con todos los perritos todo fue mas o menos; pero ella ya estaba grande, iba a ser mas grande que Baloo que parado a dos patas mide mas de 1.50 mts. (aprendió a pararse así de ver a los chaparritos hacerlo). Se ponía mal de estar en la manada y comenzo a atacarlos a todos y ellos a ella, al ver que se caía gritando horrible. Tiraba mordidas y varias veces estuvo a punto de lastimarme.
Les pusimos unas frazadas, con mi esposo a media noche, para las 4.30 de la mañana, salimos con un carrito de compras, puse unos cartones, una botella con agua, dos bandejas y alimento. Fuimos al nido y los recogimos a todos, a Duquesa la atamos a una cadena y caminamos mas de 3 km hasta la que es ahora nuestra casa. Clío la perrita enferma lloraba horrible en el camino, ya casi para llegar a nuestro destino es que se durmió en mis brazos. Duquesa lloraba desesperada durante el trayecto, quizá pensaba que le haríamos daño.
La casa aun no estaba habitable. Colocamos unos maderos en el porche de entrada, para protegerla y unos costales vacíos a manera de mantas para darles privacidad, los cartones y las frazadas le formaron su nido y colocamos el agua en una bandeja y en la otra el alimento.
Nos regresamos a casa, como a las 10 am fui al veterinario, le dio su tratamiento, lo aplicábamos dos veces al día. Clío estaba tan débil que no se alimentaba así que la crié con biberón. Los demás perritos incluido Baloo estaban en perfecto estado de salud.
Crecieron hermosos a la par que me dedique a hacerme cargo de la terminación de mi casa, ya al ir dos veces cada día a ver a los cachorros, hicimos cuentas con mi esposo y decidimos que podíamos por fin mudarnos.
Dimos en adopción a 6 de ellos, solo me quedé con Duquesa, Clío y Baloo. No deseaba que la historia se repitiera con Duquesa, quería tenerla conmigo y que no anduviera sola y preñada por las calles. Clío fue la única hembra y la más débil, era hermosa. pero las secuelas de su enfermedad estaban presentes, tenia retraso y era ciega. Aun con ello me hice cargo y solo me hacía caso a mí.
Diciembre 2007 |
Cuando nos mudamos en Junio de 2007 a la casa, con todos los perritos todo fue mas o menos; pero ella ya estaba grande, iba a ser mas grande que Baloo que parado a dos patas mide mas de 1.50 mts. (aprendió a pararse así de ver a los chaparritos hacerlo). Se ponía mal de estar en la manada y comenzo a atacarlos a todos y ellos a ella, al ver que se caía gritando horrible. Tiraba mordidas y varias veces estuvo a punto de lastimarme.
Hable con el veterinario, me recomendó dormirla; de hecho me lo dijo desde mas pequeña, me negué a hacerlo entonces, con la esperanza de que ella mejorara, pero no, cada día fue peor. Mi esposo no quería, yo tampoco y con mucho dolor de mi corazón pedí ayuda a mis padres, ellos la llevaron. El día que se la llevaron le hable, como que ella presentía pues yo lloraba, me lamió mi mano mientras le ponía la correa, como pidiendome perdón. Aun no me perdono haberlo hecho, pero no tenia otra opción, era grande, violenta y yo tengo mal mis manos por la AR, me lastimaba continuamente cuando trataba de controlarla.
Me duele mucho mi bebe Clío. No pude hacer nada por ella y yo que la salvé de morir de pequeña, la mandé a morir ya grande. Es algo que me puede mucho en mi corazón. El veterinario me hablo y me dijo que no debía sentirme mal, la perrita con el tiempo iba a estar peor. Solo quedaron Duquesa y Baloo, ambos están muy bien de salud. Duquesa muy recuperada.
¿ Príncipe?, el se quedo a vivir en el fraccionamiento, esta bien cuidado. Las personas que una vez lo hacían menos, lo cuidan, lo alimentan, lo vacunan. Sabemos que tiene buena vida.
¿ Príncipe?, el se quedo a vivir en el fraccionamiento, esta bien cuidado. Las personas que una vez lo hacían menos, lo cuidan, lo alimentan, lo vacunan. Sabemos que tiene buena vida.