Su pequeña y delgada silueta reflejaba una leve sombra en el suelo, caminando sigilosa por el jardín, a cumplir su ritual diario.
Un ruido en la hojarasca y un gruñido de Macarena, quien puntualmente acechaba a una lagartija oculta en la enredadera cada mañana.
Esperaba paciente y expectante el tiempo necesario hasta que la lagartija aparecía entre las hojas, entonces comenzaba la cacería.
La lagartija al verla, corría por el angosto camino de cemento hasta resguardarse en otro escondite ante el cual ella esperaba.
Tendida al sol, entrecerrando los ojos y con las orejas erguidas para escuchar cualquier sonido en la hojarasca, Macarena vigilaba.
Despues de una larga espera, un voz llamandola rompía la melodía del viento y canto de las aves en el jardín; era hora de la retirada.
Macarena la pequeña perrita Chihuahua emprendía el camino de regreso para encontarse con su ama mientras agitaba suavemente la cola.
Un ruido en la hojarasca y un gruñido de Macarena, quien puntualmente acechaba a una lagartija oculta en la enredadera cada mañana.
Esperaba paciente y expectante el tiempo necesario hasta que la lagartija aparecía entre las hojas, entonces comenzaba la cacería.
La lagartija al verla, corría por el angosto camino de cemento hasta resguardarse en otro escondite ante el cual ella esperaba.
Tendida al sol, entrecerrando los ojos y con las orejas erguidas para escuchar cualquier sonido en la hojarasca, Macarena vigilaba.
Despues de una larga espera, un voz llamandola rompía la melodía del viento y canto de las aves en el jardín; era hora de la retirada.
Macarena la pequeña perrita Chihuahua emprendía el camino de regreso para encontarse con su ama mientras agitaba suavemente la cola.
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