Hace una semana mi esposo y yo fuimos a la veterinaria a comprar líquido contra pulgas y garrapatas ( FrontLine) y el encargado nos hizo el comentario que tenía un cliente que tenía un negocio de venta de alimentos y que al final siempre llegaban perros de la calle que el alimentaba con las sobras.
Hará aproximadamente mes y medio llegó a pedirle comida un perro pequeñito en muy mal estado y el decidió llevarlo a su casa junto a sus cinco perros también adoptados de la calle. El señor le pidió al encargado de la veterinaria que ofreciera en adopción al perrito porque ya no podía seguir cuidandolo y el a su vez nos lo ofreció a nosotros.
Valoramos la posibilidad y le respondimos que si podíamos recibir al perrito. El encargado de la veterinaria me avisó telefónicamente el jueves pasado que el señor ya lo había llevado y lo dejó para que lo bañaran y le cortaran el pelo. El animalito estaba lleno de pulgas y garrapatas. Tuvieron que raparle todo el pelaje y la piel le quedó llena de ronchas provocadas por los piquetes de los insectos.
El viernes fue desparasitado internamente y el sábado fuimos a recogerlo. Lo habíamos aceptado en casa sin conocerlo. El se encontraba algo deprimido en su jaula. Tan pronto lo sacaron de la jaula para que lo conociéramos comenzó a defecar y defecar, una cantidad asombrosa.
Los perritos sufren mucho enjaulados porque no les gusta hacer sus necesidades y estar entre sus deshechos y mas si tardan en asearlos, así que el pequeño aprovechó cuando se sintió fuera de la jaula.
Estaba tembloroso cuando acaricié suavemente su cabeza. Pedí que lo vacunaran y después lo trajimos a casa. En el trayecto decidimos su nombre. El no lo tenía porque el señor que lo rescató no le puso ninguno así que acordamos llamarlo Mateo.
Resultó ser un pequeñin alegre y muy cariñoso, es de raza French Poodle y se adaptó muy bien a la manada. Para ubicarlo decidí que collar llevara un cascabel, al menos mientras toma la rutina de los perritos. Está muy apegado a mi y hasta al baño me acompaña. Su piel ha mejorado notablemente y afortunadamente ya quedó libre de parásitos externos. En cuanto a los internos está bien también. Calculo que no tiene más de 8 meses, aun no levanta la patita para orinar, es un cachorro.
El día de ayer ya se puso a corretearse con Benito, Pippa, Woody y Macarena. Creo que ya son amigos. Algo que descubrí en que le gusta juguetear con el chorro de agua mientras ando regando las plantas del jardín, es su mayor entretenimiento. Lo único que tengo que corregirle es su reacción cuando come, hoy se le salieron unas croquetas del plato y cuando quise recogerlas el intentó morderme. Obviamente lo regañé. A cada uno de mis perros les he corregido eso y aunque Mateo ya es algo grande creo que está a tiempo de corregirse. Espero tener éxito con ello pues no está bien que se ponga tan agresivo.
Nos sentimos bien de tener un nuevo miembro en la casa después de los meses de duelo que tuvimos en Agosto y Septiembre pasados por la muerte de Duquesita y mi viejito Blackie.
Hará aproximadamente mes y medio llegó a pedirle comida un perro pequeñito en muy mal estado y el decidió llevarlo a su casa junto a sus cinco perros también adoptados de la calle. El señor le pidió al encargado de la veterinaria que ofreciera en adopción al perrito porque ya no podía seguir cuidandolo y el a su vez nos lo ofreció a nosotros.
Valoramos la posibilidad y le respondimos que si podíamos recibir al perrito. El encargado de la veterinaria me avisó telefónicamente el jueves pasado que el señor ya lo había llevado y lo dejó para que lo bañaran y le cortaran el pelo. El animalito estaba lleno de pulgas y garrapatas. Tuvieron que raparle todo el pelaje y la piel le quedó llena de ronchas provocadas por los piquetes de los insectos.
El viernes fue desparasitado internamente y el sábado fuimos a recogerlo. Lo habíamos aceptado en casa sin conocerlo. El se encontraba algo deprimido en su jaula. Tan pronto lo sacaron de la jaula para que lo conociéramos comenzó a defecar y defecar, una cantidad asombrosa.
Los perritos sufren mucho enjaulados porque no les gusta hacer sus necesidades y estar entre sus deshechos y mas si tardan en asearlos, así que el pequeño aprovechó cuando se sintió fuera de la jaula.
Estaba tembloroso cuando acaricié suavemente su cabeza. Pedí que lo vacunaran y después lo trajimos a casa. En el trayecto decidimos su nombre. El no lo tenía porque el señor que lo rescató no le puso ninguno así que acordamos llamarlo Mateo.
Resultó ser un pequeñin alegre y muy cariñoso, es de raza French Poodle y se adaptó muy bien a la manada. Para ubicarlo decidí que collar llevara un cascabel, al menos mientras toma la rutina de los perritos. Está muy apegado a mi y hasta al baño me acompaña. Su piel ha mejorado notablemente y afortunadamente ya quedó libre de parásitos externos. En cuanto a los internos está bien también. Calculo que no tiene más de 8 meses, aun no levanta la patita para orinar, es un cachorro.
El día de ayer ya se puso a corretearse con Benito, Pippa, Woody y Macarena. Creo que ya son amigos. Algo que descubrí en que le gusta juguetear con el chorro de agua mientras ando regando las plantas del jardín, es su mayor entretenimiento. Lo único que tengo que corregirle es su reacción cuando come, hoy se le salieron unas croquetas del plato y cuando quise recogerlas el intentó morderme. Obviamente lo regañé. A cada uno de mis perros les he corregido eso y aunque Mateo ya es algo grande creo que está a tiempo de corregirse. Espero tener éxito con ello pues no está bien que se ponga tan agresivo.
Nos sentimos bien de tener un nuevo miembro en la casa después de los meses de duelo que tuvimos en Agosto y Septiembre pasados por la muerte de Duquesita y mi viejito Blackie.