La partida de Duquesa

El día de ayer 20 de Agosto 2012 a las 22.28 hrs Duquesa pasó a mejor vida.


Los ultimos meses fueron muy difíciles para ella, pues su sistema linfático comenzó a dañarse.

El médico nos había dado pronóstico reservado dado que Duquesita tenía Doce años de edad.

Le dimos el tratamiento y cuidados que necesitaba de acuerdo a las posibilidades que encontramos en nuestra ciudad que por cierto está muy atrasada en cuanto a modernidad de servicios veterinarios.

Hace un mes su cuello estaba con los ganglios muy inflamados, enormes, así como los músculos torsales superiores.

Su animo a pesar de todo había sido bueno y convivía con los otros perritos de forma normal, así como se alimentaba bien.

Pero hace una semana que su animo decayó. Pasaba echada mas tiempo del normal y fue hacia el domingo que sus piernas se inflamaron mucho lo que le dificultaba caminar. El día de ayer ya no quiso comer, respiraba fatigosamente.

Las patitas traseras estaban muy inflamadas.

Hacia la noche Pupette se le acercó y ella se molestó y le tiró una mordida, Pupette obviamente se le arrojó encima y Duquesa ya no pudo defenderse, simplemente quedó echada de panza con las patas abiertas. Baloo fue a su rescate y le quitó a Pupette de encima. Era su mamá y la auxilió. No salió herida.

El médico estaba fuera de la ciudad y regresaba hasta ayer por la noche hora en que la llevamos a revisión.

Nos confirmó lo que ya sabíamos. No había remedio. La tarde de ayer yo le hice una revisión fisica y descubrí la retención de líquido en sus piernas había aumentado así como la inflamación de ganglios en las ingles, mamas, piernas. Practicamente todos sus ganglios estaban muy inflamados. El médico nos dijo que era cosa de una semana a lo sumo dos. Que ella seguiría deteriorandose y finalmente entraría a la fase de dolores y moriría.



Cuidando su mango de los demás perritos.
 Hizo el esfuerzo pero ya no pudo comerlo.

Fue doloroso tomar la decisión de que el médico la pusiera a dormir. Pero despues de todo lo que ella nos dió en su vida pensamos que merecía morir de una forma digna y no prolongar su sufrimiento por el egoísmo de querer tenerla más tiempo con nosotros.

El médico fue a preparar la inyección y nosotros nos quedamos con ella, despidiendonos. Mi esposo acariciaba su cabeza y yo su patita. Ella docilmente se dejó pinchar por el médico. Solo nos veía con esos ojitos llenos de sufrimiento y lentamente se fue quedando dormida. El médico siguió aplicando el medicamento y nos mantuvimos sujetandola hasta que el le exploró sus latidos y nos dijo que había muerto.

Anoche mismo la sepultamos, pasaba la media noche. El próximo sabado le pondremos lápida a su tumba.

La tristeza que nos causó es mucha, pero nos consuela su recuerdo. Por ella es que ahora estamos en nuestra casa como ya lo platiqué en la entrada  La historia de Duquesa, Baloo y Principe

Estos ultimos días comío todos los mangos y zanahorias que quiso pues le encantaban. Se rascaba su rabadilla a "brinquitos" tallandose en el portón  de la entrada de la casa y aullaba cuando pasaba el repartidor del gas y el afila cuchillos pues le molestaba su propaganda. Fue una campeona desde siempre.

Su vida no fue facil pues pasó la mitad viviendo en la calle. Desde Enero de 2006 la comenzamos a cuidar en el fraccionamiento donde vivíamos. En Febrero 2007 la trajimos a vivir a esta casa y desde Junio 2007 y hasta la fecha que viviamos todos juntos.

Padeció innumerables tratamientos para la sarna. Se mejoraba y despues recaía. Se quedaba casi totalmente pelona. El pasado mes de abril la operaron de una orejita que se le inflamó y despues de una dolorosa recuperación andaba echandole ganas a la vida.

Nos llenó de amor, de alegría. Nos enseñó que a pesar de la vida tan dura que vivió, ella vivía llena de agradecimiento y cariño el cual le retribuímos cada día que pasó con nosotros.

En algún lado leí que cada tristeza que vives en la vida provoca una cicatriz en tu corazón. Ahora creo que nuestro corazón tiene una cicatriz muy dolorosa, pero creanme vale la pena tenerla. El precio de dolor que nos dejó esta cicatriz es poco en comparación con todo el amor que Duquesa nos prodigó en vida.

Te amamos viejita hermosa, siempre te amaremos... ahora ya no sufres, estás en el Cielo de los Perritos con Fionita, Dropy, Yogui y Newton.

GRACIAS mi Quechita.

Abuela y abuelo.