domingo, 3 de febrero de 2013

Milla mi pequeña peliroja va al cielo de los perritos.

 
 
Mi pequeña peliroja siempre fue saludable. Desde el día que nació el 04 de Agosto de 2001 fue una perrita de gran temperamento. Hermosa madre de tres preciosos hijitos que le sobreviven Mylos, Kenzo y Tucker y amorosa hermana de Poly ahora matriarca del clan perruno.
 
Después de la muerte de Duquesita la mamá de Baloo en Agosto pasado por el càncer y de su papá Blackie por la misma razón en septiembre pasado, ella comenzò a comer menos. Creíamos que era depresión.  Uno de los pasatiempos de ella durante su "recreo" era ladrar a Duquesa, que con infinitita paciencia la aguantaba y no se molestaba con esta pequeñina por su mal hábito.
 
Esto ocurría desde Junio del 2007 que vinimos a vivir a esta casa ya que como bien saben mi Duquesita fue adoptada de vivir en la calle.
 
Le cambiamos la marca del alimento pensando que eso era lo que estaba mal. Después yo enfermé en noviembre y mientras yo convalecencia ella desmejoraba también. Comenzamos a vitaminarla. Después su orina comenzò a enturbiarse mucho.

Se le daba atenciòn médica y de pronto simplemente dejó de comer. Con mucha paciencia la alimentabamos en el hociquito, le poníamos su antibiótico, su medicamento para el riñón, su vitamina, sus analgésicos porque ya no podía ni sostener  su caderita para hacer pipì y popò. `
 
Por su debilidad dejó de higienizarse, apenas podía caminar y no subía ni bajaba escalones. No jugaba con los perritos, así que la paseábamos en brazos.
 
Milla el pasado 15 de Enero 2013, muy dèbil
 
 
Eventualmente harà  menos de 3 semanas lentamente comenzò a recuperarse, a comer un poco más, pero aun con ello seguìa bajando de peso. Ya solita se salía a jugar con los perritos. Comenzò  a regañar a sus hijitos cuando hacían algo que ella juzgaba mal. Se bañaba y bañaba a su hermana Polita.
 
Milla el 21 Enero 2013, se recuperaba
 
Estábamos optimistas. Pero a mitad de semana todo cambió. De pronto dejó de comer, no quería nada, y comenzò a quedarse sentadita a la entrada de la casa cuando los perritos jugaban en su "recreo", la presión volvió a fallarle.
 
Ayer cuando íbamos a salir a alimentar a su familia perruna, ella estaba sentadita junto a mi. Me dirigí a ella y le dije ven. No obedeció, solo me observaba con esos ojitos llenos de dolor. La levanté en brazos y me di cuenta que se había orinado donde estaba sentada. Estaba muy mojada. Su corazón latía tan aprisa que parecía que se saldría de su pecho. La sequé y le dije a mi esposo que teníamos que llevarla de inmediato al médico.
 
El doctor la revisó y nos dijo que era muy difícil que se recuperara. Que podíamos alimentarla mediante una pequeña sonda y esperar. La veíamos a sus ojitos, que lucían inflamados y con dolor.
 
Mi esposo y yo ya habìamos platicado que si para el siguiente fin de semana ella no mejoraba le pediríamos al doctor que la ayudara a dormir. Pero ayer al verla en estas condiciones decidimos que era momento de despedirnos de ella. Que ya no estuviera sufriendo. Amándola como la amamos no íbamos a dejarla acabarse lentamente por no querer separarnos de ella.

Hacia las 18.30 hrs el doctor la inyectò. Estuvimos besándola, abrazándola juntos y yo tenía mi mano en su corazòncito en el momento en que dejò de latir. El dolor fue grande... es grande.
 
Milla en su sueño final.
Regresamos a casa y salí al corralito a alimentar a su familia perruna. Mi esposo se fue a cavar la pequeña fosa para sepultarla. Yo la saque conmigo mientras los alimentaba. Tan pronto serví sus platitos y los repartí volví a abrazar a mi pequeña.
 
Cavando la fosa de Milla
 
 
Saque a jugar al jardìn a los pequeños como cada tarde y con mi precioso tesoro en brazos. Hasta que mi esposo terminó la pequeña fosa y procedimos a despedirnos de ella. A besarla, a hacer unas oraciones y a sepultarla. Su familia perruna nos acompañaba. Estábamos tristes, pero saber que nuestros otros chaparritos estaban con ella y nosotros, nos daban consuelo.
 
Mi esposo despidiendose de nuestra pequeña
 
Ultimo puño de tierra y unas flores. Ruffito observaba

Quedò sepultada junto a su amado hermanito Dropy y el pequeño Yogui


Son momentos realmente dolorosos. Nuestros pequeños son nuestra familia. Nuestra compañìa.Quienes nos hacen salir adelante, nuestro motivo de risa, nuestro motivo de enojo cuando se portan mal, nuestra sensaciòn de bienestar y felicidad por ver que ellos son felices con nosotros.
 
Son una parte de nuestra vida, de nuestro corazón y nuestra alma... ayer un pedacito se nos fue con nuestra pequeña Milla. Te extrañamos y amamos pequeña peliroja, pero sabemos que estàs bien, ahora con tu mami Fiona, tu papi Blackie y tu hermanito Dropy.

Sabemos que desde el cielo de los perritos cuidaràs a tu hermanita Poly y tus tres hijitos, Mylos, Tucker y Kenzo. Hasta pronto reinita.