jueves, 9 de febrero de 2012

Kizzy y Kimmy

A finales de noviembre de 2007 mientras estábamos de compras en un centro comercial, sitio donde en un local comercial había una tienda de mascotas vimos a las pequeñas chihuahuitas. Una de ellas a la que posteriormente llamamos Kizzy, lloraba desconsoladamente. Estaban en una jaula con mucho frío. Era terrible verla llorar pegadita a su hermanita a quien llamamos Kimmy. No tenían ni una pequeña frazada. Es tan triste que los animalitos estén en esas condiciones en las tiendas de mascotas.

Se me hizo chiquito mi corazón de verlas tan asustadas, nuestro plan no era comprar mascotas. Ya en casa estaba nuestra familia perruna de Fiona, Blackie, Dropy, Poly, Milla, Mylos, Tucker, Kenzo, Baloo y Duquesa. Así que nos pasamos de largo a hacer nuestras compras. A la salida de estas la pequeña Kizzy seguía llorando, así que solo voltee a ver a mi esposo y me dijo: Ve.

Eso significaba preguntar por las pequeñas. Mi idea era traer a la pequeña llorona. Tan pronto me la pusieron en mis manos ella dejó de llorar y comenzó a lamer mi mano. No podía dejarla allí nunca más. Pero resulta que Kimmy al quedar solita en la jaula sin su hermanita comenzó también a llorar. Allí mi esposo le preguntó al empleado de la tienda que si nos llevábamos a las dos nos daría mejor precio, cosa que hizo. - Ahora mi percepción acerca de comprar perros ha cambiado pero eso lo platicaré más adelante -  Así que regresamos a casa con las dos pequeñas.


Kizzy y Kimmy en la Navidad de 2007

Fue estimulante tener a las dos pequeñitas en casa, los perros al principio se mostraron celosos, pero quien terminó adoptandolas fue Milla, siempre las defendía y regañaba a los demás perritos cuando estos se portaban mal con las chaparritas.






Kizzy y al fondo Kimmy


Kizzy y Kimmy en manos de su "abuelo" y lengueteandose


Recuerdo una de sus travesuras preferidas. Que era meterse dentro de la funda de mi almohada. Por las tardes tomaba una siesta en una colchoneta y ellas se acostaban junto a mi. Pero si yo me volteaba de lado o si me levantaba a hacer algo, de pronto ellas se me desaparecían. La primera vez que lo hicieron me llevé el susto de mi vida pues no las encontraba por ningún lado, aunque si escuchaba ruiditos, hasta que de pronto vi que mi almohada se movia, eran ellas adentro de la funda. Me reí tanto la primera vez que lo hicieron.


Kizzy y Kimmy jugando con la funda de mi almohada

Estas hermanitas son unas perritas muy activas, unas "todo terreno" como les dice mi esposo. Super saludables. Kizzy es la aventurera, creció muchísimo, de cariño le digo "Tribilina" se parece mucho a Goofy el dibujo animado. Kimmy tiene más temperamento pero ambas son muy nobles y muy buenas para tomar sus medicamentos, con ellas no hay peleas a la hora de desparasitarlas... bueno Kimmy si odia las inyecciones, la engaño tapandole la carita porque si ve la aguja cuando la voy a vacunar, se resiste y vaya que es muy fuerte.






Cuando las esterilizamos tan pronto despertaron de la anestesia no se mimaron nada, comieron como de costumbre y jugaban como si nada. Claro está tomamos los cuidados para que se restablecieran pronto y cuidandolas para evitar que la herida se les infectara.



Despertando de la anestesia despues de su esterilización. Kizzy de color azul y Kimmy de color rosa.

 Aplicandoles el antibiotico y desinflamatorio indicados por el medico los primeros cinco días posteriores a la operación y aplicarles el liquido cicatrizante y gasas para proteger la herida y por supuesto el uso de la venda para soportar los puntos durante los primeros 10 dias posteriores a la operación y finalmente el retiro de puntadas al mes de la operación. Actualmente están perfectamente bien.

Por cierto el nombre de Kizzy lo tomé del libro Raices de Alex Haley, es el nombre de la hija de Kunta Kinte el protagonista y el de Kimmy por el personaje de Cameron Diaz en la película La Boda de mi mejor Amigo.

La ultima perro aventura que tuvo Kimmy fue un mal encuentro con el temperamental Vigo, quien estaba enojado porque un perro de la calle caminaba por nuestra banqueta, corria ladrandole por dentro de nuestro jardín lo mismo que Kimmy cuando Vigo le  tiró un mordisco para alejarla con tan mala suerte para ella que le dió un colmillazo en el cuello a mi pequeña, obviamente castigue a Vigo media hora amarrado y lo regañé, por fortuna no fue profundo el colmillazo y hoy a dos dias del incidente ella se encuentra muy bien, solo tuve que desinfectar la herida con anticeptico y aplicar cicatrizante y darle una tableta para el dolor pues se quejaba.



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